Presentamos una traducción propia de una semblanza sobre Gerry Foley escrita por Jeff Mackler de Socialist Action, corriente estadounidense que se reclama partidaria de las ideas trotskistas.
Gerry Foley empezó su militancia bajo la corriente orientada por el SWP norteamericano. El análisis del movimiento trotskista posterior a la Segunda Guerra Mundial da mucha tela para cortar, y excede las intenciones de este post. Podemos dar una primera definición del movimiento trotskista de postguerra (o por lo menos a partir de 1951) como un conjunto de tendencias centristas -es decir, oscilando entre reforma y revolución- pero que supo mantener algunos hilos de continuidad revolucionaria hasta la actualidad.
En la búsqueda de esos hilos de continuidad nos encontramos con la vida de Gerry Foley, la vida de un militante revolucionario que debe ser conocida.
GERRY
FOLEY:
UNA
VIDA DEDICADA A LA REVOLUCIÓN SOCIALISTA
por
Jeff Mackler, Socialist Action, mayo
2012
Pocos
revolucionarios, en el pasado como en el presente , han dedicado toda su vida
adulta a tiempo completo a la causa socialista. Gerry Foley fue uno
de ellos. Murió inesperadamente el 21 de abril en San Cristóbal de las Casas,
en las montañas de Chiapas, el estado más pobre de México.
Gerry pasó 50 años luchando –con
salarios paupérrimos– para liberar a la humanidad de la barbarie capitalista,
la opresión y la explotación. Lo hizo con un brillo en sus ojos y con una
pasión atractiva para la humanidad –y lo disfrutamos en cada momento.
Garry tenía 73 años. Murió a menos de
una semana de mudarse de su residencia de semi-retiro en Mérida, México, a San
Cristóbal, tal vez por el esfuerzo de mover su enorme colección de libros a su
casa alquilada recientemente. Su amigo Pete, presente en el momento, nos dijo
que Gerry acababa de salir de un evento social en la gran zona comunal de su
complejo de departamentos, donde estaba charlando con algunos jóvenes. Volvió a
su departamento con una falta de aliento extrema, inmediatamente cayó al suelo
y murió a los pocos minutos, probablemente de un ataque al corazón.
Gerry estuvo entre los camaradas más
dedicados y talentosos de Socialist
Action. Quienes lo conocieron recordarán inmediatamente su espíritu
generoso, la profundidad de conocimiento y análisis, la brillantez de
exposición, el amor a la vida en toda su diversidad, y la amistad duradera.
Gerry no solo leía en 90 idiomas;
hablaba con fluidez más de una docena, a menudo sirviendo como traductor cada
vez que sus habilidades eran requeridas. Su inusual facilidad con los idiomas
fue acompañada por un profundo conocimiento de la historia y la cultura de cada
nacionalidad cuya lengua había dominado. Los libros eran las posesiones más
preciadas de Gerry. Tenía una colección de unos 10.000 libros diseminados desde
California a Alabama, pasando por México.
Gerry, que hablaba fluido el gaélico, fue
probablemente uno de los revolucionarios más informados por la historia y la
política de Irlanda. La lucha irlandesa por la liberación, sin importar las
adversidades, nunca estuvo lejos de su consciencia. Quizás la causa socialista del famoso
marxista y republicano irlandés James Connolly –entre
sus héroes– se expresó apropiadamente en el credo de Gerry casi 100 años más
tarde. Connolly señaló que “un movimiento socialista real sólo puede nacer de
la lucha, de una afirmación intransigente de la fe que está en nosotros. Este
movimiento reúne infaliblemente a cada elemento de la rebelión y el progreso, y
en medio de la tormenta y la tensión de la lucha se solidifica en una fuerza
revolucionaria real”. En sus propias conversaciones, Gerry expresó muchas veces
sentimientos similares.
Gerry pasó más de un año en Irlanda
trabajando con los camaradas irlandeses, entre ellos Bernadette Devlin
McAliskey, fervorosa dirigente socialista de Irlanda del Norte y la mujer más
joven en ser elegida para el parlamento británico. Como periodista profesional
escribiendo artículos para la prensa trotskista mundial, los enfoques de Gerry
en la política irlandesa sirvieron para informar las políticas revolucionarias
de una generación de activistas políticos.
Décadas más tarde, en 1997, Gerry
dirigió el Comité de San Francisco por la libertad de Roisin McAliskey, la hija
de Bernadette, que encarcelada y torturada por las autoridades británicas,
mientras ella y sus seguidores en el mundo derrotaban el proceso de deportación
iniciado por el gobierno alemán basado en acusaciones falsas de participación
en actividades terroristas. Rosin, por entonces embarazada, finalmente recuperó
su libertad, pero no antes de verse obligada a tener a su bebé, encadenada, en
una mugrosa cárcel británica. Bernadette, quien se había ganado el respeto
general de los activistas afroamericanos décadas atrás cuando le dio al Partido
Pantera Negra “las llaves de San Francisco” (un premio otorgado por la Junta de
Supervisores de San Francisco en honor a su pertenencia al parlamento
británico), se unió a Gerry en las masivas manifestaciones en defensa de su
hija.
Durante sus discursos, y sobre
prácticamente cualquier tema, los ojos de Gerry a menudo se llenaron de
lágrimas cuando tomaba referencias a Irlanda en sus discursos. La lucha
irlandesa por la autodeterminación, la más larga en la historia del mundo, que
duró más de 700 años y que todavía está incompleta, estaba arraiga en la
consciencia de Gerry. Y si le daban la oportunidad, Gerry repasaba con gusto
los hechos más importantes de aquellos 700 años.
Ningún camarada pudo igualar la
profunda compresión de Gerry sobre la cuestión nacional –la lucha de los
pueblos oprimidos y las naciones por la autodeterminación, la dignidad y la
libertad. Era un defensor de todos los pueblos oprimidos y despreciados con
gran pasión por sus opresores.
Los artículos de Gerry han aparecido
en los periódicos socialistas de todo el mundo. Pronto estaremos publicando una
lista de muchos de ellos. Su espíritu y dedicación a la revolución socialista y
la construcción del partido leninista, el requisito previo para concretarlo,
vive en nuestro partido y sus camaradas. En su semi-retiro, Gerry seguía siendo
miembro honorario del Comité Político de Socialist
Action, a menudo encontrando tiempo para ser parte de las discusiones a través
de Skype y tomar una tarea ocasional.
Tenía la esperanza de asistir a la Convención Nacional de Socialist Action en agosto.
Cómo
Gerry se hizo trotskista
En otoño de 1960, después de graduarse
en la Universidad Americana en Washington, DC, Gerry comenzó sus estudios de
posgrado en la Universidad de Indiana, en su Instituto de Literatura rusa y
oriental. Allí conoció a un estudiante de grado en literatura rusa, George
Shriver, quien discutió con él temas políticos desde una posición trotskista.
Ese mismo otoño de 1960, el destino
había llevado a George y Shriver Ellen a la Universidad de Indiana desde la
zona de Boston, donde habían sido miembros fundadores de la Young Socialist Alliance (YSA) a
principios de ese año. La YSA fue grupo juvenil fraternal del Socialista Workers Party (SWP), la principal organización trotskista de
Estados Unidos en ese tiempo. Como resultado de un trabajo conjunto con George,
Ellen y otros trotskistas en defensa de la Revolución Cubana, Gerry se unió al
movimiento trotskista.
Después de que George, Ellen y Gerry
dejaron la Universidad de Indiana, a una fuerte sección de la YSA se mantuvo
después de ellos. Cuando en 1963 la sección invitó a LeRoy McCrae, Secretario
de Organización de la YSA a nivel nacional, para hablar sobre la lucha por la
liberación afroamericana, un fiscal macartista, cazador de brujas, de Indiana,
Thomas Hoadley, vio la oportunidad de implementar la oscura y reaccionaria ley
anticomunista. Tres militantes del campus
de la YSA fueron acusados por cargos de “conspiración para derrocar al estado
de Indiana por la fuerza y la violencia”. Gerry participó activamente en este
importante esfuerzo de defensa, que pronto se convirtió en una campaña nacional
exitosa por “los tres de Bloomington”, Ralph Levitt, Tom Morgan y Jim Bingham.
Después de años de esfuerzos por parte
de la YSA y el SWP la ley fue declarada inconstitucional, una importante
victoria de las libertades civiles para el movimiento socialista y para todos
aquellos que entendieron la importancia de organizar amplias campañas de
defensa por las víctimas de la persecución capitalista.
Gerry defendió a los presos políticos
en EE.UU. y en todo el mundo. Siempre estuvo entre los primeros en anotarse
para defender a las víctimas del capitalismo en todas partes y ha participado a
menudo en sus comités de defensa. En San Francisco, fue un dirigente en la
defensa de los presos políticos iraníes y participante en la defensa de Mumia
Abu-Jamal.
En el otoño de 1962, Gerry se trasladó
a la Universidad de Wisconsin en Madison para continuar con sus estudios de
posgrado, donde fue activista del Fair
Play for Cuba Comitte, iniciado
por el SWP y la YSA. Poco después, en octubre de 1962, la Crisis de los Misiles
trajo la amenaza de una guerra mundial nuclear, cuando la administración de
Kennedy movilizó a la Marina estadounidense para hacer frente a los barcos
soviéticos que se dirigían a Cuba con misiles nucleares. Los cubanos, que en
abril de 1961 habían derrotado una invasión patrocinada por Estados Unidos en
la Bahía de los Cochinos, trataron de asegurarse con los misiles rusos contra
otra invasión apoyada por EE. UU.
Gerry fue un activista en la defensa
de Cuba, vendiendo el periódico del SWP,
The Militant, y apoyando el derecho de Cuba a defenderse de los ataques
imperialistas. Y ayudó a fundar una sección de la YSA en Madison. Al poco
tiempo, Gerry se mudó a New York, donde se unió al SWP e hizo una breve
experiencia como trabajador social mientras se convertía en miembro del recientemente formado sindicato de
trabajadores sociales militantes. “No lo hice demasiado bien para los
parámetros de la ciudad”, Gerry me dijo en ese momento, “porque como yo lo
veía, era mi trabajo moverme entre las disposiciones restrictivas y
burocráticas de la ley y asegurarme de que todos mis clientes tengan bienestar
y los mayores fondos posibles.
Unos años más tarde, Gerry solicitó un
trabajo como traductor en las Naciones Unidades- Llenó la solicitud que pedía
que enumere los nombres y números de idiomas que podía traducir. Anotó 25.
Luego, su entrevistador le preguntó incrédulamente a Gerry lo que significan
2,5 idiomas. Gerry dijo que la cifra fue de 25, con lo cual el entrevistador
inmediatamente envió un grupo de especialistas en idiomas de varios departamentos
de la ONU para verificar la afirmación de Gerry. Gerry aprobó con facilidad y
se sorprendió de que le ofrecieran el trabajo en el lugar, pero con una
condición. La ONU tenía una regla de que cada país miembro tenía el derecho de
impugnar a sus propios de ciudadanos antes de que sus solicitudes puedan ser
aprobadas.
Con el tiempo Gerry fue notificado de
que el gobierno de EE. UU. había vetado su solicitud. Pero el empleado
indignado que informaba a Gerry incluyó disimuladamente el archivo desclasificado
del FBI con la carta de rechazo de la ONU. Gerry me dijo que tenían grabado
prácticamente todas las reuniones de la YSA y del SWP de las que había
participado, y cada cargo partidario que ocupó, cada acto al que asistió, y el
nombre de cada propietario de sus casas y su dirección. Así, en los días
anteriores al Acta de Libertad de Información, todavía en la era McCarthy,
Gerry inadvertidamente se convirtió en el primer americano en ver completo su
expediente del FBI. Se sentía un tanto orgulloso de eso.
Periodista
revolucionario
Gerry pronto se convirtió en miembro
de tiempo complete del SWP, trabajando bajo la dirección de Joseph Hansen en la
producción de lo que entonces era una de las mejores revistas de noticias
semanales revolucionarias en el mundo, Intercontinental
Press. Fue Hansen, secretario de León Trotsky durante su exilio en México,
quien fue mentor de Gerry en la necesidad crítica de la precisión la
información, la profundidad de la investigación, la comprobación de las
fuentes, y las formulaciones claras y prudentes para explicar la política
revolucionaria del SWP. En ese tiempo, Intercontinental
Press era el periódico oficial de la Cuarta Internacional, organización
revolucionaria socialista mundial con la que el SWP mantuvo relaciones
fraternales. La legislación reaccionaria estadounidense impidió la afiliación
formal al partido, así como lo hace hoy con Socialist
Action.
Gerry se mantuvo en el equipo del SWP
por 17 años, escribiendo para todas sus publicaciones, con artículos que muchas
veces eran reimpresos por otras secciones de la Cuarta Internacional. Sus
artículos periodísticos lo llevaron a Portugal, donde cubrió la revolución de
1974-1975, que derrocó a la dictadura del fascista Salazar. También viajó como
periodista a Irán, cuando en 1979 una oleada revolucionaria barrió del poder a
los que apoyaba EEUU y puso al Sha de Irán y abrió la puerta más que nunca para
una transformación socialista. En ambos casos y en todos los demás casos en que
el conocimiento de Gerry, la información, sus habilidades con los idiomas lo
llevaron a lugares lejanos para cubrir acontecimientos revolucionarios, Gerry
colaboró con los grupos de la Cuarta Internacional en esos países, que participaron
activamente en las movilizaciones de masas.
Gerry dejó el SWP en 1980 para tomar
una posición en el equipo de la nueva publicación de la Cuarta Internacional, International Viewpoint. Permaneció en
Paris en esta tarea por más de una década. Su salida del SWP, que expulsó a
Gerry retroactivamente, se deriva de su oposición a las prácticas burocráticas
y las prácticas de culto del Secretario Nacional del SWP Jack Barnes, quien,
junto a nuevo “equipo de dirección” diseñó el rechazo del SWP a su herencia trotskista.
Esto fue acompañado por la expulsión de cientos de sus compañeros más
abnegados, incluyendo a muchos de los miembros fundadores del SWP de 1938. Muchos
de estos camaradas poco después formaron Socialist
Action.
Trasladado a París, Gerry fue escritor,
traductor, y a menudo orador por International
Viewpoint en conferencias y convenciones de las secciones de la Cuarta
Internacional. Fue el autor de cientos de artículos que cubren los eventos
críticos de la política mundial y se unió a la sección francesa de la Cuarta
Internacional, la Liga Comunista Revolucionaria (LCR).
A principios de la década de 1980, el
dominio de Gerry del esloveno y otros idiomas de Europa del Este, y su interés
en los movimientos de masas en la URSS y Europa del Este que desafiaban al
régimen stalinista, le permitieron al autor lograr artículos que proporcionaron
una gran comprensión de los acontecimientos revolucionarios en esos países
–especialmente la crítica lucha de las nacionalidades oprimidas en la URSS.
La apreciación de Gerry de esos
acontecimientos coincidió con Socialist
Action. Por primera vez en décadas la posibilidad de construir partidos
trotskistas en Europa oriental y en la URSS, que se desintegraba, tenía un
potencial real e inmediato. Apoyó a los esfuerzos de Socialist Action para enviar delegaciones trotskistas a Europa del
Este y la URSS, así como nuestras contribuciones a la construcción de un
partido trotskista en Polonia, incluyendo la traducción al polaco de algunas
obras importantes de Trotsky.
A principios de 1990 Gerry regresó a
EE.UU. para trabajar a tiempo completo para Socialist
Action como editor internacional de nuestro periódico. Típico de Gerry, sin
embargo, antes de dejar International
Viewpoint, insistió en que apoyemos
su propuesta de visitar Hungría por tres semanas para que pueda “aprender el
idioma” y seguir más eficazmente los acontecimientos en ese país.
De vuelta en los EE.UU. Gerry fue
inmediatamente cooptado al Comité Político de Socialist Action, donde su conocimiento de Europa del Este y los
recientes hechos en la Unión Soviética contribuyó en gran medida a la
profundidad de la cobertura en nuestra prensa. La cobertura de la prensa de Socialist Action de los acontecimientos
revolucionarios en el este de Europa, América Latina e Irlanda fue notable por
su detalle y análisis, a menudo de fuentes de primera mano o en la
participación directa en los acontecimientos.
Gerry tomó ansiosamente tareas
alrededor del mundo. Después de la rebelión zapatista en México, visitó San
Cristóbal, Ocosingo y otras ciudades que los zapatistas habían ocupado
temporalmente, para aprender de primera mano de su impacto y reunirse con sus
representantes.
Un incidente relacionado con la
rebelión zapatista viene a la mente para poner de relieve el deseo de Gerry
para conectarse directamente con las personas cuyas luchas abrazó. Visité San
Cristóbal para intentar conocer a los zapatistas y observar sus negociaciones
con el gobierno mexicano, que temporalmente terminaron con su primer
levantamiento en 1994. Antes de irme a México, Gerry me pidió que le llevara de
vuelta un diccionario de la lengua de los pueblos indígenas. En ese momento,
semejante esfuerzo fue lo último en mi cabeza. Pero por casualidad, durante una
conferencia de prensa tras las negociaciones, un tipo caminando por los
pasillos estaba vendiendo sólo un diccionario, y yo pensé que lo traería a San
Francisco para sorprender a Gerry con mi habilidad para hacer valer su esencial
pedido excéntrico.
Le entregó alegremente a Gerry el
diccionario a mi regreso, y rápidamente lo abrió. En un momento, tal vez con un
dejo de desdén, Gerry dijo “Este diccionario es tzotzil.
Necesito empezar con el idioma principal de raíz indígena, el náhuatl. No me
va a hacer muy bien.” ¡Viejo Gerry! Estoy seguro de que los camaradas que lo
conocieron tiene miles de anécdotas similares que destacan las magníficas
excentricidades de Gerry.
Gerry Foley tocó las vidas de los
revolucionarios de todo el mundo, incluyendo a camaradas de otras corrientes
socialistas que no comparten nuestra política, los programas y las tradiciones.
Socialist Action ha recibido
condolencias de muchos camaradas por
fuera de nuestro movimiento, camaradas que pueden tener diferencias con
nosotros en importantes cuestiones políticas pero que respetaron la labor de
Gerry en la presentación de nuestras ideas y que se beneficiaron del material
que solo sus habilidades y experiencias pueden proporcionar.
Gerry fue único. Para
conocerlo había que enriquecerse de múltiples maneras. Él vive en nuestros
actos y en la dedicación de la causa revolucionaria y en el programa que el
defendió durante toda la vida.